El programa informático que se instaló en los vehículos del Grupo Volkswagen permitía a sus vehículos cumplir con las normativas estadounidenses de emisiones de gases falseando los datos reales.
La trampa estaba en bajar entre un 10 y un 40% las emisiones que se producían en la “vida real”.
Estamos hablando de 11 millones de coches “falseados”, de los modelos Golf TDI que salieron de fábrica entre los años 2009 y 2015, los Audi A3s, los Jetta Beetle y todos los Passat de los años 2014 y 2015 y que han sido distribuidos por todo el mundo en el último lustro.
Finalmente la EPA (Environmental Protection Agency) de los EEUU descubrió el fraude
El consejero delegado de Volkswagen para los EEUU, Michael Horn, en declaraciones hechas a la prensa expresó, al mejor estilo kirchnerista: «La hemos cagado completamente. Hemos sido muy deshonestos con todos y pagaremos el precio tengamos que pagar».
Se prevé que la lista de destituciones en la compañia será muy larga, ya que para que este fraude funcionara durante casi 6 años, tiene que haber muchísimas más personas involucradas y Volkswagen insiste en que su prioridad es el cumplimiento de las leyes sean éstas las que sean y al costo que haga falta.
Con el fin de recuperar la confianza de sus clientes, el prestigio del que ha gozado la firma desde su creación, las caídas de la bolsa y paliar de alguna forma las consecuencias de este timo, el Grupo Volkswagen se ha comprometido públicamente a informar al mundo entero del avance de las investigaciones, de forma transparente y constante.
En Argentina, a la fecha, no ha habido declaración alguna al respecto. ¿Y porqué debería si el Indek es un orgullo nacional?
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