Brasil, nuestro segundo socio comercial, ha planteado al Gobierno su inquietud por las trabas a la importacion de alimentos y no se advierte que la respuesta no haya podido ser mas que una encogida de hombros.
Este nuevo episodio no hace mas que confirmar la peligrosa ingenuidad de las decisiones que en materia economica adopta el Gobierno de Argentina.
Probablemente deslumbrado con la idea de «vivir con lo nuestro» (no necesariamente mas caro y/o de menor calidad) y en vista del aumento que registraran en el primer trimestre las importaciones del rubro alimentos, la respuesta politica ha sido la que era de esperar.
El apasionamiento nunca ha sido buen consejero, mas cuando se advierte que lo que habria que haber hecho era aceptar el propio error.
El aumento de las importaciones de alimentos revela de forma elocuente la perdida de competitividad del producto nacional frente al extranjero que traduce el persistente retroceso del tipo de cambio real.
A esta situacion han contribuido, sin hesitacion alguna, las equivocadas decisiones de politica economica adoptadas por el Gobierno y en forma particular: el denominado Programa Federal de Desendeudamiento.